lunes, 31 de agosto de 2009

FERNANDO MARTIN ESPINA (“El pionero”)


Fernando Martín fue el antes y el después del baloncesto español y un precursor en el deporte nacional.
Este portento de la naturaleza nació (19-marzo-1962) para el deporte en todas sus facetas. Sus padres le inculcaron el amor por el ejercicio y el correspondió con creces.
Fue cinco veces campeón de Castilla de natación en categoría infantil, practico con acierto el judo y estaba llamado a ser una figura del balonmano, hasta que, con 15 años, el entrenador de su colegio, el San José del Parque, le coloco bajo un aro y ya no abandono el deporte de la canasta.
En 1978 ficho por los juveniles del Estudiantes y Aito García Reneses le llevaba a la selección de su categoría. Un año después debutaba en Primera de la mano de otro internacional olímpico madrileño, Jesús Codina (Roma 1960)
A los 19 años, aun júnior, debutaba con la selección absoluta venciendo a Francia.

Diez millones de pesetas (un fortunón de la época) le llevan al Real Madrid y nada más fichar gana la Copa Intercontinental en Sao Paulo, comienza una racha de triunfos con 3 ligas consecutivas (82/85) la Recopa de Europa del 83 y la plata en el Europeo de Nantes-83. El colofón llegaba en Los Ángeles con la medalla de plata en los Juegos Olímpicos, la primera que obtenía el baloncesto español y en cuya consecución fue parte determinante.
Fernando jugo como titular los ocho partidos de España que se saldaron todos con victorias excepto los dos enfrentamientos con Estados Unidos (exactamente igual que ocurriría en la segunda medalla de plata del baloncesto olímpico español) Durante esos partidos jugo una media de 24 minutos y anoto 134 puntos, segundo máximo anotador español tras Epi. Su mejor encuentro lo cuajo en el debut ante Canadá, al que solo se pudo batir apuradamente de un punto. En aquel partido fue máximo encestador , igual que lo seria ante Uruguay y Australia, pero en todos los choques se revelo como un coloso bajo los aros dueño de los rebotes tanto ofensivos como defensivos e hizo que los ojeadores de la NBA presentes en todos los partidos tomaron nota de este joven y racial español.

A sus 23 años es uno de los mejores jugadores del continente y los Nets de New Jersey hacen el primer intento de llevarlo hasta la NBA invitándolo a su campo de verano. Pero la experiencia no cuajo y volvió a Madrid para volver a encadenar triunfos en Liga y Copa.
El Mundial de 1986, en España, es su última aparición con la selección. En noviembre de ese año da el salto definitivo y cumple su sueño de jugar en la mejor liga mundial.
El Pórtland Trail Blazers lo fichan y se convierte en el primer europeo que juega la liga mundial, tras el búlgaro Glouchkov, que lo había hecho tras pasar por una universidad americana.
Sin embargo Estados Unidos se revelo como mucho más complicado de lo previsto y el carácter de Fernando tampoco ayudo a la integración. Una serie de lesión y la desconfianza de su entrenador hizo que tan solo jugara 25 partidos con una media de seis minutos por encuentro y solo 22 puntos anotados, el jugador que impresiono por su juego bajo los aros en los Juegos de Los Ángeles no pudo con la presión de la NBA y después de unas arduas negociaciones retorno al Real Madrid.
En la capital Fernando siguió su meteórica carrera, pero también tiene roces con la prensa por preservar su intimidad y la de su hijo Jan, que había tenido con una modelo alemana. Tiene un romance con Ana García Obregón y ello le hace aun más presa de los periodistas.
Deportivamente, los éxitos continúan llegando, pero adelanta que se retirara a los 30 años.
Desgraciadamente no llegara a esa edad. El 3 de diciembre de 1989 cuando acudía, lesionado, a apoyar a sus compañeros en un partido de liga ante el CAI de Zaragoza su coche, un Lancia Thema Ferrari, derrapa en la M-30 y tras dar varias vueltas de campana se estrella contra un Opel Kadett.
El terrible impacto le produce rotura de traquea, traumatismo craneal y perdida de masa encefalica. La muerte fue instantánea. Tenía 27 años y había quemado todas las etapas de su v ida a una velocidad de vértigo.
Días después el R.Madrid retiraba el número 10 de sus camisetas. Era el primer jugador que tenia ese honor al que no habían llegado ni los míticos Emiliano, Luyk, Brabender o Corbalán.
Fernando Martin marcó una época en el baloncesto español y abrió las puertas para que nuestros jugadores empezaran a ser conocidos fuera del contiente. Los frutos llegarían casi veinte años después. Y con ellos un nuevo homenaje. En el “All Star” del 2009 interviene 4 jugadores españoles en las distintas categorías. En el concurso de mates, Rudy Fernández, realiza su primer intento enfundado en la camiseta número 10 de los Portland Trail Blazers, la que vistió Fernando. Y al día siguiente la NBA rendía honores a la selección española que tan caro el puso el triunfo en Pekín. La puerta que entreabrió Fernando Martin esta ya abierta de para en par para el baloncesto español

viernes, 7 de agosto de 2009

JORGE GUADIOLA HAY.- ROMPIENDO PLATOS

Jorge Guardiola venia al mundo el 11 de septiembre de 1963. Sus padres, Ramiro y Lola, le inculcaron la pasión por la caza y un compañero de colegio, Ignacio Lumbreras, que también alcanzaría la intercionalidad, le introdujo en el tiro olímpico con tan solo 15 años.
No tardo Jorge en despuntar porque al segundo año de práctica, en 1979, se proclamo subcampeón junior de España en skeet.
Repite el segundo puesto al año siguiente pero logra el titulo absoluto en la I Copa del rey de skeet con 195 platos rotos de 200.
1981 lo dedica a recorridos de caza, otra de las modalidades del tiro con escopeta, y se proclama campeón de España, de Europa y del Mundo en categoría junior de esta especialidad.
En skeet, que simultanea con los recorridos de caza, logra la medalla de bronce en el campeonato de España junior y el subcampeonato mundial por equipos en Moscú.
Un año más tarde los mayores éxitos llegaran en tiro al pichón logrando nuevamente los títulos nacional, europeo y mundial todavía en categoría junior.
El paso de de junior a categoría absoluta supuso un frenazo en la carrera de éxitos de Jorge Guardiola. No logra la clasificación para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles y hasta 1986 no obtiene destacadas actuaciones, cuando gana la Copa de Europa de tiro al pichón y poco después consigue la Copa de España de skeet.
1988 seré el año estrella del tirador madrileño. Comienza ganado el Gran Premio caja Posta de Skeet con record de España incluido al romper 199 de los 200 platos. Vence en el Gran Premio Internacional de España y en el gran Premio Villa de Madrid donde hace pleno con 100 aciertos en otros tantos platos.
Triunfa en la Copa del Rey, siempre en skeet, con 196 puntos, una marca que le va a acompañar durante todo el año, y pleno de 25 platos en la tirada final.
Un mes antes de los Juegos logra la medalla de plata en el campeonato de Europa disputado en Turquía. Jorge vuelve a repetir 196 puntos en las tiradas clasificatorias, logra un pleno en la final con 25, pero pierde el oro en la tirada de desempate al tener dos fallos en los 15 platos extras.
Jorge Guardiola Hay se encamina a comenzar su competición en Seúl.
Con todo este elenco de resultados victoriosos Guardiola acude a Seúl a su primera olimpiada donde le aguardan las mejores escopetas del mundo.
Jorge acude a la capital coreana días antes de su competición para aclimatarse al campo de tiro. En Seúl cumple 25 años y diez días después empieza su participación.
El tirador madrileño no comienza bien, con un fallo en cada una de sus dos primera series de 25 platos y un pleno en la que cierra la jornada. Al término del primer día con 73 puntos ocupa la undécima posición, y con seis tiradores por delante que han logrado el pleno. Jorge mejora en la segunda jornada con solo un fallo en la serie inicial, ello le permite escalar posiciones hasta la séptima plaza, la primera que queda fuera de la tirada definitiva, a falta de los dos últimas series.
El chileno De Iruarrizaga con un solo fallo en los dos días precedentes añade ahora otros 49 puntos que le garantizan un puesto en la serie definitiva. Igual puntuación obtiene el alemán democrático Wegner. Para las otras cuatro plazas hay más lucha el estadounidense Carlisle, uno de los máximos favoritos, logra 197 puntos y con uno menos hay nueve tiradores, entre ellos Jorge Guardiola, que como ha logrado pleno en su última serie, se hace con un hueco en la tirada extra.
En ella Guardiola hace alarde de una extraordinaria serenidad, cuando los nervios están a flor de piel en todos los finalistas, y solo comete una fallo. Su marca es tan solo igualada por Wegner, que logra de este modo el oro, la plata recae en el chileno que ha tenido dos fallos y Jorge se cuelga el bronce ya que su marca de 220 (196 de las series clasificatorias y 24 en la definitiva) solo puede ser igualdad por Carlisle que como ha cometido dos fallos en esta serie se queda a las puertas de la medalla.

Jorge Guardiola recibe la primera y más emotiva felicitación, la de su esposa, nada más terminar la competición
Los otros dos finalistas, el también alemán democrático Raabe y el chino
Zhang concluyen con 219 puntos lo que demuestra lo igualdad que ha sido la prueba.
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Ahora estalla la alegría y las dedicatorias, la primera para su mujer, que salta a besarle, y que le acompañado a Seúl embarazada de su segundo hijo, Alejandra, para sus padres y para el tiro español
“Creo que mi éxito servirá para que nuestro deporte se popularice más en España. Sólo por eso ya me doy por satisfecho”
Las competiciones de tiro al plato duran tres días y dos noches, suelen decir los especialistas en esta disciplina, indicando la importancia que tiene la serenidad del tirador. Jorge Guardiola confirma la opinión una vez pasada la euforia de la medalla
“tuve suerte de meterme en al final porque había muchos candidatos a ella y estaba nerviosísimo. Cuando me vi dentro me calme y conseguí esos 24 puntos que me han valido la medalla”.
Jorge dice que no le importa que le llamen cazador “porque esta modalidad se parece mucho a esta actividad” y que ahora solo piensa en descansar con su familia.
Se lo tomo en serio eso del descanso y después de los Juegos Jorge se centra más en su vida profesional y reduce su intensidad de competición, aunque sin abandonarla del todo. Aún así se vuelve a clasificar para los Juegos de Barcelona aunque su actuación en la única olimpiada española disputada, hasta la fecha, no fue tan acertada como en el primera cita.
En el campo de tiro de Mollet todo comienza bien para los dos españoles presentes en la prueba de skeet: Jorge Guardiola y el gaditano José María Colorado. Jorge comienza con dos series sin fallos, aunque en la tercera del día tiene dos que le dejan en la vigesimoquinta posición. Mientras Colorado tiene un fallo menos y es vigésimo.
Jorge repite puntuación y asciende cinco puestos a la espera de las dos últimas series. Su compañero en un día de plenos se coloca tercero con un parcial de 149 platos.
La tercera jornada es definitiva y cualquier fallo te puede mandar varias posiciones atrás. Colorado sigue su racha y suma 50 platos más a su cuenta por lo que accede a la final con 199 puntos en segunda posición, mientras Jorge Guardiola a pesar de conseguir también dos series sin fallos paga los errores de las tiradas anteriores y con 196 (les suena el número) solo puede ser decimosexto. Esa misma marca le hubieran dado un puesto en al final de hace cuatro años.
Desgraciadamente luego José Colorado tiene dos fallos en la tirada extra y se clasifica definitivamente quinto, igualado con el segundo, pero por el mismo sistema que gano medalla Jorge en Seúl, la perdió José en Barcelona.
Esta sería una de los últimas apariciones de Jorge Guardiola en la alta competición, la muerte de su padre, acaecida poco antes de la olimpiada barcelonesa le hizo hacerse cargo de la empresa familiar y dejar de lado la escopeta.
Aunque el gusanillo siempre pica y cada vez que puede Guardiola saca tiempo para realizar tiradas puntuales en la modalidad de tiro al vuelo y de paso ganar algún torneo.
Jorge Guardiola, la única medalla de tiro lograda por un madrileño vive en la actualidad con su mujer y sus tres hijos, la mayor Natalia , Alejandra, la que acompaño a su padre en la tripa de su madre en Seúl, y Jorge en Mirasierra y entre trabajo y tiros también practica otro deporte de precisión: el golf.
Ha sido uno de los mejores tiradores de la historia del deporte español , pero como ocurre en los casos de modalidades con poca difusión tuvo un éxito efímero, sus deseos de que el tiro al plato se popularice se quedaron en eso : deseos. Y en ello los menos culpables son los deportistas . Somos los medios quienes tenemos que aportar nuestro apoyo para que las medallas en tiro, esgrima o gimnasia valgan tanto como las de fútbol o las de baloncesto por ejemplo.

Extracto del libro de Chema Anes “ Madrileños olímpicos”